Ramón Avila
Dublin Core
Título
Ramón Avila
Descripción
El arte pertenece al universo, así los artistas no conocen fronteras, su mundo es infinito y sólo tiene el límite de su imaginación. Mil novecientos sesenta y uno, fue el principio, la pausa. En mil novecientos sesenta y tres, llega a Guatemala un joven pintor que habiéndose embarcado en su tierra natal, Barcelona, España; hizo rumbo hacia América, con la cabeza llena de ideas, ilusiones, pensamientos; con el alma apretada de nostalgia, allá quedaba su infancia, su juventud primera, en América veía el futuro incierto pero promisor. Desde el momento mismo en que Ramón Ávila, puso pie en nuestra tierra, inició sus primeros contactos con los hombres que hacían arte en aquellos días; con su cargamento de dibujos, óleos, acuarelas, se abría paso y conquistaba amistades. La Galería DS, le abre sus puertas en Octubre de mil novecientos sesenticuatro y Diario El Gráfico dice de él: "Su pintura es poética, delicada de gran poder imaginativo, alejada de toda figuración". Ávila, se une al grupo VERTEBRA, que formaban los pintores Roberto Cabrera, Marco Augusto Quiroa y Elmar Rojas, viniendo a ser el cuarto mosquetero, que puso su pincel para romper todo molde, pues su pintura está fuera de los cuadros tradicionales y también dentro de ellos. Mil novecientos sesenta y nueve "SUCESOS", Ramón Ávila expone nueva obra, ya se ha adentrado en lo nuestro, asimila nuestras tradiciones y costumbres, principia a entender a nuestra gente y quererla, tal parece que la ha querido siempre: Roberto Cabrera dice: "Ávila y el encuentro latinoamericano, la pintura de Ávila, es producto de la tradición hispana y la tradición actual de su vivencia en Latinoamérica". VIVENCIAS 73, en la Cámara de Comercio. En el Museo Nacional, vemos a otro Ávila, pues como artista insatisfecho no pertenece a una escuela determinada o a tendencias dadas, él pinta sugerencias que saltan de lo profundo del alma. Ávila siente el dolor humano la tragedia del hombre en un mundo incomprendido; su pintura es poema arrancado de la realidad viviente. En la Sala Enrique Acuña 1971, de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, se presentan a los ojos del visitante, las gentes y lugares que Ávila ve con el lente transparente de su humanidad. Barcelona, su Cataluña querida le reclama, porque sólo Madrid, si el nació aquí en Pueblo Seco, sus gentes querían ver al muchacho que partió hace más de veinte años y lo querían rodeado de sus logros sus pinturas. Pero antes había otros compromisos que cumplir. Fue tanta su euforia, que el producto del primer cuadro vendido en su Barcelona, vino a parar a manos de una lista Gitana; pero todo esto no importaba, lo grande fue pasar al lado de sus viejos amigos y recorrer con ellos las viejas calles del barrio de Sans. Veinte años fuera del terruño que lo viera nacer, han bastado a Ramón Ávila para plasmar en sus lienzos todas las vivencias del hombre en su existencia, que escondido en máscaras de imaginación nos muestra un nuevo rostro, transportándonos a vivir antiguas costumbres que hoy forman un resabio de tradiciones amalgamadas en historia hispánica y apariencia americana que dan realismo al sentir iberoamericano.
Editor
null
Identificador
www.ramonavila.net
Cobertura
null
Colección
Citación
“Ramón Avila,” Biblioteca Virtual FAHUSAC, consulta 21 de noviembre de 2024, https://bvhumanidades.usac.edu.gt/items/show/1046.