El protagonista, indiferente a la realidad, se siente extranjero de todas sus vivencias. Inclusive muchas de sus vivencias más profundas no puede asimilarlas desde la convencionalidad de lo social.
Es una novela epistolar que narra en primera persona las vivencias del emperador Adriano. La crítica ha exaltado la obra por considerarla una estupenda recreación histórica al mismo tiempo que una ficción profunda.